Blogia
Experiencias

La amistad: un “no sé qué” especial

El diccionario define a la amistad como “un afecto personal desinteresado”, pero pienso que esa definición es demasiado vaga para lo que esa palabra verdaderamente encierra. Sé que no soy una experta como para dar toda una cátedra acerca del tema, sin embargo he experimentado lo que es tener buenas amistades y puedo de cierta manera complementar un poco aquel concepto. Pienso que la amistad es un lazo, una especie de nexo que mantiene vivo un sentimiento de amor fraternal entre dos o más personas.
Fue en la escuela que conocí a quienes hasta ahora han sido mis mejores amigas. Ellas son Linda y Pilar. A través de la relación con ellas que ha durado como 11 años, puedo decir que la amistad solo nace con una química especial que no con todas las personas se da. Es un “no sé qué” que solemos experimentar cuando empezamos a tratar a alguien y nos sentimos cómodos cada vez que compartimos una conversación o alguna actividad. Ese lazo que une a esas personas es precisamente aquel “no sé qué” que es un poco difícil de explicar.
Eso es algo primordial para que se forme una amistad, es más, el pilar fundamental. Jamás se podría compartir algo tan profundo con alguien con quien no somos compatibles, considerando que compatibles no quiere decir precisamente que sea igual a nosotros. Lo importante es la afinidad, que va mucho más allá de las diferencias. De ahí todo lo demás sigue surgiendo naturalmente con el trato frecuente, con experiencias y situaciones que nos ayudan a conocer a las personas tal y como son, y que nos permiten no quedarnos solo en idealizaciones.
La amistad es un amor fraternal porque llegamos a considerar a esa otra persona como un hermano o hermana, como a alguien que por ningún motivo nos atreveríamos a lastimar. En mi caso, a mis dos mejores amigas las considero así, porque a pesar de que no puedo asegurar que no las heriré algún día, pues nadie es dueño del futuro; aquello no está dentro de mis planes. Un amigo o amiga siempre están contigo en momentos alegres, conocen gran parte de tu vida, muchos secretos que incluso hasta personas de tu familia podrían ignorar. Pero, la verdadera amistad se ve en los momentos difíciles, cuando necesitas apoyo y que alguien sostenga tu mano para recordarte que no estás solo. Esos son los verdaderos amigos, aquellos que buscan siempre hacerte sonreír cuando crees que es imposible.
A través de estas palabras, es fácil darse cuenta de lo valioso que es una amistad y de lo importante que es conservarlas como el único tesoro que nadie nos podrá arrebatar. Cosas como el dinero y el poder que tantas personas anhelan, fácilmente se van, pero una amistad jamás. Pueden existir muchas dificultades y pruebas en el camino que nos hagan dudar, pero el corazón nunca se equivoca cuando de elegir a los amigos verdaderos se trata. Solo de cada uno depende el valor que se les de a aquellas personas tan maravillosas que a lo largo de la vida nos acompañan.

La amistad: un "no sé qué" especialnull

0 comentarios